Hoy actualmente no sé por donde empezar.
Voy a hablar de las mujeres más
importantes de mi vida.
Así como antes ya hace años en que a la
mujer se le consideraba inferior o menos inteligente que al hombre.
Hoy en día aún se nos infravalora (como diciendo que no tenemos la
misma orientación para movernos de un sitio a otro, como que
conducimos peor que los hombres) ; esto sigue ocurriendo. Pero lo
peor de todo es que lo piensan hombres y chicos jóvenes lo cual aún
más grave.
Cambiando de tema durante la Guerra
Civil española fue tan mala para nacionales como para comunistas
(rojos) . Pues mi pueblo y alrededores, habían muchos maquis . Y
los guardia civiles abusaban muchísimo.
Mi abuela se casó con el hombre de su
vida, un militar del frente nacional que cuando la vio; trabajando en
su tienda de ultramarinos . Pensó esta mujer de ojos azules y
vestida de negro, pues ella iba vestida de negro desde que se murió
su padre. Entonces se casaban de negro e iban en cuanto envidiaban ya
se ponían de negro para toda la vida. Volviendo a mi querida abuela
se casó
con el tal Ángel que todavía se conserva un
parche en forma de corazón donde está la fotografía. Yo es que he
sido muy registradora de cajones.
Tras casarse, su marido se fue al
frente y se quedó embarazada. En el frente murió su marido. También
perdió al hijo que engendraba. Tuvo una vida muy dolorosa pero era
muy fuerte.
Luego la casaron con mi abuelo Antonio. Mi
abuelo materno , claro , y tuvo una hija llamada Elena y su preferido
mi tío Antonio.
Tras casarse, las mujeres trabajan en
dos tareas. No sé si eso os suena a muchas mujeres de hoy en día.
Mi abuelo iba al monte pero no le
ayudaba mucho en las tareas de la tienda. Y fumaba con unos mecheros
que tenían un cordel naranja que no soportaba que se lo tocaran.
Amalia, mi amada abuela decía que la
guerra civil fue muy mala para toda España, pero la posguerra fue
fatal. Mucha gente llegó a pasar hambre y iban con la cartillas de
racionamiento a las tiendas. Mi madre dice que los americanos tiraban
desde los aviones mantequilla y chocolate.
Gracias a Dios mi madre dice que ella
en la tienda de ultramarinos no llegó a pasar a pasar hambre. Pero
muchos españoles tuvieron que emigrar al extranjero. Mi padre y mi
tío Agustín iban de capataces a la vendimia. Muchas mujeres iban a
la flor que decían. Otras no tenían más remedio que irse de
criadas a la capital, Valencia.
Muchas de ellas además de ser
criadas, daban pecho a los hijos de los ricos (lo que se llamaba
madres de leche) que creo que muchos jóvenes no sabrán nada de eso.
Así amamantaban a los hijos que no eran suyos para poder mandar
dinero a su familia a los pueblos.
No podían ver a sus familias de
tiempo en tiempo, no habían móviles, no habían teléfonos, lo
único eran cartas.
Cambiando otra vez de tema así como
ahora hay supermercado o centros comerciales; entonces habían
tiendas de ultramarinos donde te vendían de todo.
Mi bisabuela aprendió a contar con
garbanzos para cobrar en una cantina llamada La cantinica el gallo.
Donde los guardia civiles a veces comían y no les pagaba. Así como
sus mujeres se llevaban lo mejor de la tienda.
Por la mañana los agricultores antes
de ir al monte pasaban a tomar su cazalla. Se iban más contenticos .
Mi bisabuela Trinidad no tenía
bastante recursos para mantener a sus hijas. Las metió a la
Misericordia. Por lo menos les daban de comer y les enseñaban a leer
y escribir. Mi abuela decía que también aprendió a sumar, restar y
multiplicar pero que a dividir ya no llegó. A su hermana que era más
joven no aguantó en la Misericordia y su madre se la llevó antes.
Las monjas de la Misericordia le
dijeron a mi bisabuela Trinidad que su hija Amalia podría llegar a
ser una buena maestra. Pero contesto rápidamente que la necesitaba
para trabajar en la tienda de ultramarinos que había montado junto a
la Cantina. A su otra hermana le montó una tienda de ultramarinos en
el mismo pueblo. Pero la de mi abuela estaba a la entrada del pueblo
y recuerdo como tenía sacos llenos de legumbres, arroz, etc. Botas
de sardinas saladas , bacalao, productos que ahora son más caros.
Pero entonces era la carne. Yo subía detrás del mostrador y le
robaba chicles de fresa redondos con tres capas. Lo que nunca se me
olvidará es que cuando yo salía de escuela lo primero era pasar a
por una botella de las de gaseosa pequeñas que me las rellenaba de
café y me iba muy contenta. Ya de mayor descubriría que era malta
que la pasaba por un colador de tela. ¡Que bonitos recuerdos¡
Además de lo que sufrió en la vida;
también sufrió de cólicos y la tuvieron que operar de la vesícula.
Adoraba a su padre pues bajaban en carro
desde el pueblo (50 km) hasta la ciudad Valencia, para comprar las
mercancías comida, lanas, por el centro del Carmen, Plaza el Tosal,
Bolsería, Calles alta y baja. Luego las llevaba al teatro eso sí al
gallinero. Mi abuela lo recordaba con un encanto exhaustivo.
Voy a ir acabando el artículo. Pero con
mi madre ocurrió lo mismo; las monjas le dijeron que valdría para
ser una buena maestra. Estoy segura de que hubiera sido una gran
profesora de historia. Pues al haber recibido tanta religión en
aquella época, te sabe explicar muchos cuadros de pintores.
No disfrutó de su juventud, se casó a
los 23 años trabajando en la tienda. Y lo típico aprendió a coser
y las tareas tan machistas que les enseñaban.
Tuvo tres hijas. Después del postparto
de su primera hija casi se muere. Aún así tuvo dos más, yo como
dice mi padre la del medio que no tiene remedio ja, ja, ja….
Tres vidas que envió al mundo con todo
su amor. Tuvo un marido que en aquella época y hoy en día es tan
machista como ella.
Él con lo que trabajó en Francia en la
vendimia, se compró los libros para estudiar Magisterio. Es un
grande y profesor.
Pero a mi madre le cortaron las alas; en
cuestión de tener más libertad. Se dedicó a coser vestidos para
sus tres hijas que iban siempre impecables. Hacía remiendos y heredábamos la ropa una detrás de la otra. Y fue y es una excelente
cocinera.
Mi madre no llegó a ser profesora de
historia. Pero fue una gran modista y cocinera.
Aunque lo más importante es que me dio la
VIDA y me enseñó a valorar
lo fuertes que somos las MUJERES.
Anónima.