Saludos a todos. En el artículo de hoy vamos a hablar de la obsolescencia programada, un fenómeno que se ha instalado en nuestra sociedad y que convive con nosotros desde hace muchas décadas.
El concepto obsolescencia programada se refiere a una reducción del ciclo de vida de un producto, como si de alguna manera se estableciera cuánto va a durar el producto que compramos, las empresas se valen de este fenómeno para incrementar la frecuencia de restitución.
Si echamos la vista atrás observamos en el año 1928 en la revista de publicidad Printer´s que mencionaba que para que las empresas prosperaran e incrementaran su actividad los productos que vendían tenían que desgastarse a un ritmo establecido. También un inversor inmobiliario llamado Bernard London manifestó tras la depresión económica de 1929 que era conveniente fabricar productos los cuales se establecía y anticipaba cuánto iba a ser su ciclo de vida, es decir cuánto iban a durar o cuál sería su desgaste.
En este nuevo contexto que se vislumbraba las empresas continuamente estaban fabricando productos y los usuarios constantemente estaban comprando. Las ideas de London más tarde fueron recuperadas por el diseñador industrial Brook Stevens, el cual mencionó que era primordial despertar de alguna manera en los consumidores el deseo de posesión de productos antes de lo objetivamente necesario. Para ello era necesario crear productos que fueran atractivos.
Lo que planteó Stevens fue ampliamente aceptado y en parte fue como un preludio a la creación de la nueva sociedad de consumo y la salida de la de la depresión que tantos estragos había causado. En la actualidad las empresas han integrado la obsolescencia programada en sus procesos productivos de modo que ellas tienen que realizar estudios de cuál tiene que ser “el ciclo de vida del producto”. Por supuesto un producto se diseña atendiendo a las expectativas y motivaciones de los posibles compradores pero también se tiene en cuenta otros parámetros entre los que se encuentra la vida útil del producto.
A continuación mencionaremos 4 tipos de obsolescencia programada:
Obsolescencia de diseño
El producto ha sido fabricado para que se estropee en un periodo de tiempo determinado. Es decir el producto se estropea cuando llegado un punto no reporta los máximos beneficios. El ejemplo más claro de esto son los electrodomésticos, bombilla…
Obsolescencia del deseo
Las empresas tratan de alguna manera de persuadir al comprador de que el producto que adquiere es lo más novedoso o lo que más se ajusta a la última moda. El producto que adquiere de alguna manera aporta elementos que substituyen al producto anterior el cual ha perdido utilidad.
Obsolescencia sistémica
Se trata de productos que son incompatibles con los que existen. Llegado un punto es complicado utilizar los productos antiguos o encontrar recambios. Un claro ejemplo son los programas de ordenador cuando cambiamos de un sistema operativo a otro.
Obsolescencia de advertencia anticipada
Se avisa al cliente sobre la importancia de cambiar el producto o algún componente de producto de modo que productos que aún podemos sacarles partido se desechan sin más. La fecha de caducidad de los yogures encajaría en este tipo de obsolescencia.
Es frecuente escuchar a la gente decir que los productos de antes duraban más o que los productos que se fabrican se hacen para que se estropeen y no duren para siempre. Desde vuestro punto de vista ¿pensáis que la obsolescencia programada se cumple? ¿Habéis tenido alguna experiencia en relación a este tema?
Referencias bibliográficas
Quintanilla, I (2014)
¿Valores o valores económicos? ¿Qué necesitamos? Madrid: Pirámide
editorial
