viernes, 1 de marzo de 2019

LOS SIETE PECADOS DE LA MEMORIA

Todos tenemos algunas ideas de la memoria y su funcionamiento, incluso consideramos que es necesario un buen funcionamiento de la memoria para un correcto desempeño pero por otro lado experimentamos frustración, nerviosismo e incluso miedo cuando notamos que no funciona como pretendemos. Este articulo está basado en parte en el libro de Daniel Schacter que se titula “los siete pecados de la memoria”.

La memoria es un aspecto que comenzó a ser estudiado por la psicología, podemos mencionar por ejemplo los estudios que realizó Ebbinghaus. También el tremendo desarrollo que han tenido las neurociencias han permitido hacer aportaciones importantes dentro de la psicología, por ejemplo dándonos información de las posibles estructuras cerebrales implicadas en la memoria, entre las estructuras podemos mencionar estructuras importantes como el hipocampo en el lóbulo temporal.

Los fallos de la memoria  suelen producirse frecuentemente en las personas. Algunos de ellos nos pueden resultar familiares pero puede que otros no los hayamos tenido en cuenta. El libro de Daniel Schacter habla de 7 pecados de la memoria, los tres primeros se agrupan por ser pecados por omisión mientras que los otros cuatro se agrupan por ser pecados por comisión. A continuación comenzaremos a hablar de cada uno de los fallos.



Pecado de transitoriedad

Nuestra memoria se deteriora con el paso del tiempo pero la repetición y su uso la fortalecerá. Según los estudios, después de un suceso se produce la curva del olvido y se pierde gran cantidad de información, alrededor del 80%. Pero frente a esto la repetición y el repaso fortalecerá nuestros recuerdos, lo que se suele denominar “huella mnésica”. Es inevitable que se produzca una pérdida de recuerdos con el paso del tiempo si no la consolidamos. Por tanto intervienen en este pecado dos elementos, por un lado el paso del tiempo y por otro la no retroalimentación o repetición del acontecimiento.

Pecado de falta de atención

La atención, aunque se considera otro proceso también está íntimamente relacionada con la memoria.  Por ejemplo, si estamos en una reunión familiar y  se nos presenta alguien diciéndonos su nombre, si no hemos prestado suficiente atención es posible que no se consolide el recuerdo en nosotros. El interés puede ser un factor importante en la atención. Podemos mencionar también en qué se está focalizando la atención. La información que buscamos no se ha perdido realmente sino que se ha registrado con fallos por una mala codificación. Pensemos también por ejemplo en que dejamos las llaves en un lugar de la casa pero en ese momento no hemos prestado suficiente atención y luego consecuentemente no las encontramos.

Pecado del bloqueo

El suceso o expresión que conocemos como “Tener algo en la punta de la lengua” nos ocurre cuando queremos recordar algo pero no lo conseguimos, por ejemplo recordar el nombre de una persona. En este caso sí que disponemos de esa información. De hecho la información ha sido codificada y almacenada correctamente. La solución suele consistir en relajar de manera momentánea la mente y tratar de buscar información que esté relacionada como imágenes, sucesos o eventos relacionados,  puede que así vuelva el recuerdo.

Pecado de atribución errónea

Dentro de este proceso puede que creamos recordar un suceso determinado pero realmente no ha ocurrido. O puede que recordemos un acontecimiento determinado pero confundimos el momento o el lugar. Por ejemplo en el fenómeno “He estado aquí antes, pero no sé cuándo ni cómo” a la persona le resulta familiar un entorno determinado y cree haber estado pero no ha estado en ese lugar jamás. En otro caso conocido como “criptomnesia” donde la persona cree haber desarrollado una idea y haber realizado una creación totalmente atribuible a ella, pero realmente esas ideas pertenecen a creaciones de otros. Puede mezclarse información correcta junto con información errónea. Dentro de este caso es conocido el caso de un testigo que culpó del asesinato a una persona que vio en un programa de televisión. Además nuestra mente rellena de alguna manera  los sucesos para dar coherencia.

Pecado de persistencia

Consiste en recuerdos de carácter desagradable que la persona trata de olvidar y eliminar de su mente. Ante este pecado la persona queda enclaustrada en un recuerdo que le genera sufrimiento y puede generar además que el sujeto reviva una y otra vez el suceso. Este recuerdo suele darse en algunos trastornos como el del estrés postraumático.

Pecado de propensión

Sobre los recuerdos que vamos generando es como si elaboráramos una versión particular de los recuerdos, en esto puede influir el momento en que se encuentra el sujeto, de su personalidad, ideología, necesidades, creencias, estado emocional del sujeto, etc. En este pecado por tanto el presente puede tener una influencia decisiva en los recuerdos pasados. Cada persona tiene una conciencia o un “yo actual” y por eso dos personas codificaran de distinta manera un suceso. Hay que mencionar también que el estado emocional influye en el tipo de recuerdos que han sido codificados con cierto tipo de emociones. Nosotros mismos, nuestras creencias influyen en los recuerdos, es como si el presente influyera en los recuerdos del pasado.

Pecado de sugestibilidad

Se refiere a que una persona  o nuestra mente puede ejercer influencia sobre nuestros recuerdos tanto de manera voluntaria como involuntaria. Determinadas personas pueden provocar que recordemos ciertas vivencias que realmente no habrán ocurrido. También la persona puede pensar y adoptar un papel activo en una situación en la que realmente no ha participado. La persona puede verse persuadida por fuentes del entorno, pueden incorporarse aspectos aislados al recuerdo incluso distorsionarse de manera considerable.




La memoria no es perfecta y tiene sus fallos, ser conscientes de estos aspectos puede hacer que estemos más preparados. Personalmente os recomiendo este libro.

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