Aunque en mi opinión no tienen una relación directa,
sí son vectores complementarios la mayoría de las veces. Un enfermo mental no
tiene por qué ser pobre pero cuando se juntan estos dos factores sí se
convierte en una montaña muy difícil de escalar. La gente que vive en la calle
sufre normalmente algún tipo de trastorno mental que tapa con algún tipo de
consumo (alcohol, drogas…) y en muchas ocasiones las personas se niegan a
recibir ayuda llevados por esta horrorosa espiral. Hay muchas ONGs que se
dedican a atenderlos en la calle pero los poderes fácticos son los que no
proporcionan los recursos necesarios. Además tampoco se conciencia a la
población de lo difícil que es salir adelante con una enfermedad mental
(trabajo, relaciones sociales…) de modo que si encima se carecen de recursos
para tener un hogar mínimamente digno y un acceso a la medicación el normalizar el
camino hacia delante se hace imposible. El estigma que sufren los enfermos
mentales entre el resto de la población más las escasas ayudas y la falta de
centros suficientes para todos hace que el problema cada día se acreciente y se
enquiste. Y aunque se haga oídos sordos, ahí está.
Elvira S.S.
Estoy de acuerdo, la pobreza y la enfermedad mental tienen mucho que ver.
ResponderEliminarTiene mucho sentido común este artículo.
ResponderEliminarMuy interesante. Estoy de acuerdo en la relación entre enfermedad mental y pobreza
ResponderEliminarArtículo muy bien expresado, estoy de acuerdo con la reflexión, por desgracia aún queda mucho que hacer en esto...
ResponderEliminarTodo verdad.
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