El último café
Te perdono porque
no te volveré a ver.
Te perdono,
pero no te olvido.
Para ti fui
una baratija,
una muñeca hinchable.
Me costó mucho
acostumbrarme
de nuevo al café.
Pesadilla absurda,
increíble sueño
de lo que nunca sospeché
que fuera a pasarme.
Te perdono como al fin
yo misma me perdoné,
y digo, otra vez no,
que nunca será sí.
Te perdono
y me perdono a mi.
Ana Álvarez.
un poema muy hermoso sobre el desamor y la superación del dolor.
ResponderEliminarMe parece un poema muy íntimo y precioso. Mis felicitaciones para la autora!!
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