Todos tenemos algunas ideas de la
memoria y su funcionamiento, incluso consideramos que es necesario un buen
funcionamiento de la memoria para un correcto desempeño pero por otro lado
experimentamos frustración, nerviosismo e incluso miedo cuando notamos que no
funciona como pretendemos. Este articulo está basado en parte en el libro de
Daniel Schacter que se titula “los siete pecados de la memoria”.
La memoria es un aspecto que
comenzó a ser estudiado por la psicología, podemos mencionar por ejemplo los estudios
que realizó Ebbinghaus. También el tremendo desarrollo que han tenido las
neurociencias han permitido hacer aportaciones importantes dentro de la
psicología, por ejemplo dándonos información de las posibles estructuras
cerebrales implicadas en la memoria, entre las estructuras podemos mencionar
estructuras importantes como el hipocampo en el lóbulo temporal.
Los fallos de la memoria suelen producirse frecuentemente en las
personas. Algunos de ellos nos pueden resultar familiares pero puede que otros
no los hayamos tenido en cuenta. El libro de Daniel Schacter habla de 7 pecados
de la memoria, los tres primeros se agrupan por ser pecados por omisión
mientras que los otros cuatro se agrupan por ser pecados por comisión. A
continuación comenzaremos a hablar de cada uno de los fallos.
Pecado de transitoriedad
Nuestra memoria se deteriora con
el paso del tiempo pero la repetición y su uso la fortalecerá. Según los
estudios, después de un suceso se produce la curva del olvido y se pierde gran
cantidad de información, alrededor del 80%. Pero frente a esto la repetición y
el repaso fortalecerá nuestros recuerdos, lo que se suele denominar “huella mnésica”.
Es inevitable que se produzca una pérdida de recuerdos con el paso del tiempo
si no la consolidamos. Por tanto intervienen en este pecado dos elementos, por
un lado el paso del tiempo y por otro la no retroalimentación o repetición del
acontecimiento.
Pecado de falta de atención
La atención, aunque se considera
otro proceso también está íntimamente relacionada con la memoria. Por ejemplo, si estamos en una reunión
familiar y se nos presenta alguien
diciéndonos su nombre, si no hemos prestado suficiente atención es posible que
no se consolide el recuerdo en nosotros. El interés puede ser un factor
importante en la atención. Podemos mencionar también en qué se está focalizando
la atención. La información que buscamos no se ha perdido realmente sino que se
ha registrado con fallos por una mala codificación. Pensemos también por
ejemplo en que dejamos las llaves en un lugar de la casa pero en ese momento no
hemos prestado suficiente atención y luego consecuentemente no las encontramos.
Pecado del bloqueo
El suceso o expresión que
conocemos como “Tener algo en la punta de la lengua” nos ocurre cuando queremos
recordar algo pero no lo conseguimos, por ejemplo recordar el nombre de una
persona. En este caso sí que disponemos de esa información. De hecho la
información ha sido codificada y almacenada correctamente. La solución suele
consistir en relajar de manera momentánea la mente y tratar de buscar
información que esté relacionada como imágenes, sucesos o eventos relacionados, puede que así vuelva el recuerdo.
Pecado de atribución errónea
Dentro de este proceso puede que
creamos recordar un suceso determinado pero realmente no ha ocurrido. O puede
que recordemos un acontecimiento determinado pero confundimos el momento o el
lugar. Por ejemplo en el fenómeno “He estado aquí antes, pero no sé cuándo ni cómo”
a la persona le resulta familiar un entorno determinado y cree haber estado
pero no ha estado en ese lugar jamás. En otro caso conocido como “criptomnesia”
donde la persona cree haber desarrollado una idea y haber realizado una
creación totalmente atribuible a ella, pero realmente esas ideas pertenecen a
creaciones de otros. Puede mezclarse información correcta junto con información
errónea. Dentro de este caso es conocido el caso de un testigo que culpó del
asesinato a una persona que vio en un programa de televisión. Además nuestra mente
rellena de alguna manera los sucesos
para dar coherencia.
Pecado de persistencia
Consiste en recuerdos de carácter
desagradable que la persona trata de olvidar y eliminar de su mente. Ante este
pecado la persona queda enclaustrada en un recuerdo que le genera sufrimiento y
puede generar además que el sujeto reviva una y otra vez el suceso. Este
recuerdo suele darse en algunos trastornos como el del estrés postraumático.
Pecado de propensión
Sobre los recuerdos que vamos
generando es como si elaboráramos una versión particular de los recuerdos, en
esto puede influir el momento en que se encuentra el sujeto, de su personalidad,
ideología, necesidades, creencias, estado emocional del sujeto, etc. En este
pecado por tanto el presente puede tener una influencia decisiva en los
recuerdos pasados. Cada persona tiene una conciencia o un “yo actual” y por eso
dos personas codificaran de distinta manera un suceso. Hay que mencionar también
que el estado emocional influye en el tipo de recuerdos que han sido
codificados con cierto tipo de emociones. Nosotros mismos, nuestras creencias
influyen en los recuerdos, es como si el presente influyera en los recuerdos
del pasado.
Se refiere a que una persona o nuestra mente puede ejercer influencia sobre
nuestros recuerdos tanto de manera voluntaria como involuntaria. Determinadas
personas pueden provocar que recordemos ciertas vivencias que realmente no habrán
ocurrido. También la persona puede pensar y adoptar un papel activo en una
situación en la que realmente no ha participado. La persona puede verse
persuadida por fuentes del entorno, pueden incorporarse aspectos aislados al
recuerdo incluso distorsionarse de manera considerable.
La memoria no es perfecta y tiene sus fallos, ser conscientes
de estos aspectos puede hacer que estemos más preparados. Personalmente os
recomiendo este libro.
Muy interesante, bien por tí.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Gracias
ResponderEliminarInteresante y muy completo
ResponderEliminarMuy bien, pero muy largo.
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